Gregor Mendel cultivó guisantes (lo que en Chiclana llaman chícharos) en su huerto del monasterio de Brno (Rep. Checa), descubriendo las leyes de la herencia biológica. Nosotros, sin pretender llegar a tanto, también plantamos guisantes biológicos en nuestro huerto escolar. Se pueden comer crudos cuando pequeñitos y están riquísimos.
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